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  • Bea Fernández

Cuando tu bebé no habla

Hay cosas que damos por hecho en nuestras vidas, y una de ellas, como marca el desarrollo habitual de los niños, es que nuestro peque empiece a hablar.

Cuando nos dieron el diagnóstico de Pablo, aún embarazada, fue un tema que me preocupó. La comunicación es algo fundamental en el desarrollo psicológico, social, emocional y cognitivo de todos los seres humanos. Cuanto mejor te comunicas y mejor entiendes lo que el resto del mundo te traslada, más oportunidades de aprender, relacionarte, expresar tu sentir o tus ideas y comprender el mundo que te rodea y permitir que te comprendan.

Además, la comunicación nos ayuda a establecer vínculos con otras personas, vínculos que son muy necesarios para el objetivo único final de todo ser humano: la felicidad. Necesitamos sentirnos arropados, amados y comprendidos para desarrollar nuestra vida con confianza y lanzarnos al mundo cada día. De no ser así, todo es más difícil.

DIFICULTADES LENGUAJE HERNIA DIAFRAGMÁTICA

Teniendo en cuenta que los seres humanos somos plenamente sociales por naturaleza y que nuestro desarrollo requiere de este área (la socioafectiva) para nutrirse de forma adecuada, pensar que quizás tu hijo jamás se pueda comunicar de algún modo es una gran preocupación. Sobre todo porque, relacionado con cómo entendemos el mundo nos relacionamos con nuestro entorno físico también, exploramos, aprendemos y mucho más. Así que un retraso en el lenguaje o la ausencia total de él afecta a áreas tan diversas como ni podemos imaginar, no solamente a nivel de comunicación.

Por todo ello, la perspectiva que vivir los primeros días o semanas con un tubo en la garganta, de incluso vivir con una traqueotomía el resto de la vida o un tiempo... Y todos los daños que todo ello podría causar a las cuerdas vocales y a todas las partes físicas del cuerpo de Pablo que tienen que ver con la articulación del lenguaje, me preocupaba. No os quiero contar cómo creció la preocupación cuando, aún sin haber nacido, le detectaron el primer accidente cerebro vascular (vamos, un ictus)... Los niveles de estrés que desarrollamos en ese momento fueron increíbles... Y cuando nació, no respondía a nada y vivió el segundo ACV, nuestras perspectivas de futuro no sólo relacionadas con comunicación, sino respecto a su vida en general, se desmoronaron por completo.

En este punto, retomé mi formación como Educadora Infantil y las herramientas que conocía sobre estimulación orofacial y del lenguaje, y comencé a explorar más. Porque, en realidad, ¿qué es el lenguaje? ¿Es tan fundamental que consiga hablar? Claro, es lo ideal... Pero nosotros ni estamos ni hemos estado en una situación ideal.

Salimos de una UCIN después de casi 3 meses, el primero de ellos en estado crítico. Y nos fuimos a casa con tantos diagnósticos que persisten y persistirán toda la vida, que quizás os parezca una tontería la importancia que le damos a la capacidad de comunicación de Pablo, pero se trata de acercarle lo más posible a un desarrollo natural, a un desarrollo e el que no se hubieran tenido elementos disrruptores.

Así que... ¿Como se comunican nuestros bebés?

Sobre este tema hay un post super interesante en el blog del Centro de Terapia Infantil Creare, escrito por una Logopeda que sabe muchísimo más que yo y que os puede aclarar mucho sobre ello.

De modo, que prefiero que ella os lo cuente directamente con el enlace que os he puesto.

Pero, como madres y padres... ¿qué podemos hacer?

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